jueves, 21 de junio de 2012

Despedida de los profesores.


Ahora, y para cerrar el blog, nos toca a los profes.

            Cuando tuvimos la última reunión con vosotros y con los padres comentamos que el objetivo del viaje era conocer desde dentro cómo era un colegio inglés  asistiendo a sus clases y conviviendo con ellos, practicando su idioma y conociendo sus costumbres. Es lo que hemos hecho, pero había otros objetivos que, en ese momento, no comentamos:

-          Aprender a convivir  24 horas diarias, 6 días seguidos, con tus compañeros y profesores fuera del ambiente escolar.
-          Aprender a viajar sin vuestros padres. Movernos por los aeropuertos, metros, autobuses, caminar por ciudades desconocidas… Descubrir que en todo viaje,  junto a las cosas buenas, hay momentos difíciles por el cansancio, por aquello que no es como nos lo habíamos imaginado, por la gente extraña que no es educada (afortunadamente pocos en nuestro caso).
-          Saber administrar vuestro dinero. Comprar bien y no cosas innecesarias. Conocer el valor del dinero.
-          Cuidar de vosotros mismos en cuanto a la alimentación, la salud, la higiene, el orden de vuestras cosas, los horarios…

Y muchas más cosas que harán que recordéis este viaje toda vuestra vida. No olvidéis que ha sido posible gracias al esfuerzo de vuestros padres.

Pensamos que no nos habéis defraudado en nada. Lo habéis hecho muy bien. Os comportasteis correctamente, fuisteis educados, corteses y pacientes cuando fue necesario y por eso nos han felicitado en el colegio, en el hotel y los conductores del autobús. Por todo eso nos hemos sentido orgullosos de vosotros.

Es verdad que también ha habido algún momento malo que se podía haber evitado. Un poeta inglés decía: “En mi vida solo he aprendido de mis errores”. Pero para ello pensad que hay que reconocerlos, arrepentirse y tomar la decisión de que no se vuelvan a repetir nunca más.

            Esperamos que recordéis con cariño a los profes que han hecho posible este viaje: Siobhan, Peter, David y Pepe.



Séptimo día.


Queridos lectores, llegados a este punto de nuestro viaje, supongo que sabréis, que nos encontramos en España, todos (aunque alguno quisiera quedarse). El caso es que no queríamos despedirnos de vosotros sin contaros el final de nuestra gran aventura por Inglaterra.

Por si alguien tenía la esperanza de que nuestro último día fuera a ser seco, os diremos que no habéis acertado, llovió un momento, (el único inconveniente de viajar a Inglaterra). Pero eso, no nos impidió empezar un largo y cansado día.

Lo primero de todo, fue levantarnos (¡como lo odiamos!) tras el aporreo de puertas por parte de los profesores durante al menos cinco minutos, y alguno que otro recordó que tenía que meter una cosa en la maleta, otro tenía que abrir la maleta para coger la ropa que se iba a poner hoy, etc.

El caso es que, después de todo el jaleo que seguramente montamos, desayunamos muy fuerte, pues hoy sería un día muy, muy cansado, a la vez que divertido.

Cogimos las maletas, y más o menos, luchamos para coger el ascensor, pues no creo que a nadie le hiciera gracia bajar la maleta tres plantas por las escaleras (aunque a alguno le toco). Evidentemente todo esto teníamos que hacerlo en silencio, pues aun había gente durmiendo en nuestra planta (¡no sé donde nos viene la fama a los españoles de armar jaleo!).

Después de cargar las maletas en el autobús que nos llevaría al aeropuerto, nos llevaron a la playa a la que fuimos el lunes, esta vez no fuimos andando, sino en autobús, por suerte.

Luego, en la playa, fuimos por el camino que llegaba al faro. Y ahí, hicimos grupos de tres personas y fuimos a las rocas que están en el exterior del faro, pues nos dieron una red y un cubo. ¡Y a pescar!
Aunque todos cogimos algo, ¡algunos fueron muy afortunados y cazaron más de un cangrejo!
Después de la “pesca”, fuimos al interior del St Mary, donde nos explicaron cómo funcionaba el faro, las instalaciones… Las vistas desde arriba, eran impresionantes, y tuvimos mucha, mucha suerte de ver una cría de foca marina, a la que pudimos distinguir pues su pelo blanco contrastaba entre las rocas y la marea que subía y subía.

Seguido del faro, vino lo que muchos esperaban que no llegase, la despedida en el colegio.
Ahí, disfrutamos de unos juegos típicos, como por ejemplo, cada uno con un número asignado y divididos en dos equipos, teníamos que meter un saquito entre una silla con un palo hecho de periódicos cuando decían nuestro número… Algo parecido al futbol. Pero no os creáis, pues nosotros les enseñamos como se juega al pañuelo y pareció gustarles bastante. Al final, pusieron el video que tanto empeño habíamos puesto al filmarlo… Aunque no lo vimos al completo, pues no teníamos mucho tiempo, estoy convencida, que pronto lo verán y dirán: “¡Qué diferente es su escuela!” Pues en  cierto modo, es así.

Después de intercambiarnos nuestros correos electrónicos, direcciones postales y demás, vino la parte más difícil, el adiós.

Cuando ya nos marchábamos del colegio, seguro que alguno se planteo que la semana había pasado muy rápida.

Al llegar al aeropuerto, fue otra historia, pues justo cuando nos íbamos, va, y sale el sol… ¡Odio el clima de Inglaterra! Cogimos nuestras maletas, pasamos los controles, y el resto fue otro cuento…

Solo os puedo decir, que en el autobús que nos llevo a Teruel, unos dormían y otros no pararon de dar murga con la música del móvil.

Cuando llegamos, era como si no hubiésemos visto a nuestras familias en años, pues nos abalanzamos sobre ellas como si no nos importara nada más.

Nos queda agradecer la paciencia infinita (o casi) que han tenido nuestros profesores acompañantes, ya que han pasado de profesores a amigos. Espero que os hayan gustado los detalles que nuestros padres han tenido con los jefes de los equipos: pollitos, cochinitos, y patitos, así como con Siobhàn, que no pudo acompañarnos, pero participo activamente en la organización del viaje.

Supongo que esto no es un adiós, pues el próximo año, habrá otro grupo de treinta niños como nosotros, emocionados por ir a Newcastle. Espero que para ellos sea también una experiencia inolvidable como lo ha sido para nosotros… Digamos, que es un hasta pronto y que a los próximos les llueva menos que a nosotros.

Lydia.







lunes, 18 de junio de 2012

Sexto día.


Por fin no llueve. Y además, ha salido el sol. Así que hemos decidido irnos a la playa, pero eso lo contaremos mas tarde. Nos hemos levantado a las 7 y media como todos los días. El desayuno estaba buenísimo.

A las 9 y cuarto colegio. Hoy nos habían preparado unos Juegos Olímpicos al estilo antiguo. Estábamos divididos en cinco equipos, cada uno correspondía a una ciudad griega. Atenas, Esparta, Corinto, Argos... Se han hecho siete competiciones. Una era carrera de caballos (patinetes). Otra era carrera de resistencia, otra de velocidad, saltos, carrera de carros (sin carros, sólo con caballos), y por último boxeo (en lugar de darnos puñetazos nos quitábamos cintas del cuerpo). Los jueces eran muy justos, no se equivocaban nunca, nos daban puntos por cada prueba según como quedábamos. Al final hubo una clasificación general, pero como lo importante era participar, no os vamos a decir qué ciudad ha ganado. Para terminar nos han dado un banquete griego que tenía uvas, tomates, bizcocho de miel y pan con mantequilla. Nos ha gustado mucho a todos. Nuestros profesores nos han dicho que no fuéramos bruscos con la comida ¡Pero los ingleses lo eran!.

A las 12, mientras unos comían, ocho niños españoles se han ido al club español del colegio a enseñarles canciones infantiles a los niños.

Judit, Andrea, Inés y Nerea.



Después de la comide hemos ido a un museo que se llama "Discovery", donde hemos aprendido muchas cosas de la historia de Newcastle, de su río, de sus gentes, de sus soldados, de sus industrias... También tenía una sección dedicada a la ciencia, con juegos y experimentos que podíamos manipular.

Como a las 5 cerraban el museo y aún nos quedaba media tarde hemos cogido el metro para ir a la playa. Una vez allí hemos recorrido andando parte de la costa del Mar del Norte. Las calas eran muy bonitas, y en otros sitios el césped llegaba casi hasta el agua. En uno de ellos nos hemos comido el famoso "fish and chips", en español pescado y patatas fritas. Tranquilas todas las madres, porque nos hemos comido todos el pescado, ¡TODOS!

Luego vuelta en metro de nuevo y al hotel. Reunión, llamar a casa (un poco tarde esta vez), preparar maletas, ducharse, escribir diario...

Un día más, diferente, pero incluso mejor que el anterior.

Nos vemos mañana.

Iván, Mario, Gervi y Juan

Nota de los profes: Mañana no habrá blog por motivos logísticos.














domingo, 17 de junio de 2012

Quinto día.


                Llueve, llueve, llueve, llueve, llueve... Pero da igual ,los ingleses no se quejan y nosotros tampoco.

                Hoy hemos ido a Edimburgo (Escocia). Tras dos largas horas de autobús hemos llegado al Castillo, que era sitio de mayor interés de este día. Hemos visitado las mazmorras y los salones de los reyes, las joyas de los reyes escoceses, las defensas, los cañones, ¡el cementerio de los perros soldados!, y un edificio en el que se hace un homenaje a los soldados escoceses que han muerto en las distintas guerras (solo en la Primera Guerra  Mundial murieron 160.000 escoceses). Así que de paso hemos aprendido un poco de historia.

                Desde las murallas se veía un vista impresionante de Edimburgo y de su puerto. Es una ciudad preciosa y muy antigua.

                A las dos hemos comido en un parque donde venían los pájaros y nos querían quitar la comida.

                Llueve, llueve, llueve, llueve, llueve... Así que hemos decido coger un autobús turístico y visitar el centro histórico de la ciudad. Nos han contado muchas historias, anécdotas, personajes escoceses... La mayoría nos sonaban pero no sabíamos que eran escoceses. Para algunos lo más bonito del casco histórico ha sido un Ferrari rojo que había aparcado, a algún niño casi le da un ataque y todos nos hemos reído.

                Al bajar del autobús hemos ido a comprar regalos por la Royal Mile, que es la calle más emblemática de Edimburgo. Todo es un poco más caro, pero queríamos tener un recuerdo de este país.

                Finalmente hemos cogido el autobús y hemos vuelto al hotel. Nos lo hemos pasado muy bien.

                Ah!, Se nos olvidaba, sigue lloviendo.
Blanca, Ana Simón, Marina y Eva Martínez.










sábado, 16 de junio de 2012

Cuarto día


Un día menos, nos levantamos casi al amanecer y, como siempre, lloviendo, pero el agua no va a poder con nosotros. Vamos a seguir haciendo lo que habíamos pensado, eso sí, con un poco más de humedad. Si la lluvia es muy inglesa, el desayuno también, así que nos hemos puesto morados. Hemos salido para Beamish y nada más llegar hemos ido al pueblo minero. Hemos entrado en la mina de carbón y hemos sentido un poco lo que debían sufrir los mineros en aquella época. Luego hemos visitado sus casas, muy humildes, muy pequeñas pero muy acogedoras. Y por últimos hemos visto la escuela, donde había una maestra del siglo XIX que al vernos a todos juntos a aprovechado para leernos la cartilla. Menos mal que hemos salido al recreo y hemos jugado a los aros. Por último hemos visto una iglesia metodista, en la que no había ningún santo ni altares, pero si un proyector de diapositivas muy antiguo.

Para ir desde la mina al pueblo de Beamish hemos cogido un autobús de dos pisos del año la polca, y como estamos tan acostumbrados a la lluvia nos hemos puesto en el piso descubierto. Nos hemos dirigido a la estación y al entrar en la sala de espera de las señoras... ¡Sorpresa! había un cadáver con toda la pinta de haber sido asesinado. Como los profes no se han asustado nosotros tampoco y, en esto, ha acudido un inspector de policía que ante la complejidad del caso nos ha pedido que le ayudáramos a resolverlo. Nos hemos dividido en tres grupos y con las pistas que hemos encontrado en el cadáver nos hemos ido a investigar al pueblo. Un grupo ha ido al taller y al banco, otros al dentista y a la tienda y otros al profesor de piano y al periódico. Con todos los datos hemos vuelto y hemos resuelto el caso, pero no os diremos quien es por si os toca resolverlo a vosotros algún día.

Por último hemos cogido el tranvía para visitar la granja (cacho cerdos que había allí), a todo esto sin dejar de llover.

De regreso a Newcastle hemos parado ver el Ángel del Norte, es una escultura gigantesca, de hierro (cacho ángel que había allí).

Y para terminar el día nos hemos dado una vuelta por el centro de Newcastle, y al regresar al hotel, teníamos una nueva sorpresa. ¡Nos estaba esperando uno de los portadores de la antorcha del día anterior con la antorcha que había transportado! Era un chico muy simpático, y le hemos preguntado muchas cosas.

Marcos, Juan Carlos, Víctor y Jaime.

Sigue lloviendo...
















viernes, 15 de junio de 2012

Tercer día


¡Hola queridos lectores!

Si estás leyendo esto eres mi tío, al que le gusta tanto leer; sois mis padres, preocupados porque  me haya dado algo; o quizá eres alguien al que aún no conozco, en ese caso: ¡Hola nuevo amigo!

Hoy, día 15 de junio, en la semana más perfecta del mundo, vamos a decir (más o menos) lo que hemos hecho hoy.

Primero nos hemos levantado espontáneamente, (después de que los profes aporrearan la puerta durante 5 minutos). Nos hemos tomado un desayuno en el que posiblemente hayamos engordado 10 kilos. Hemos ido al castillo de Alnwick, en el que todo estaba ambientado en la Edad Media. Se conserva perfectamente, pues ahí vive una de las familias más antiguas de Inglaterra, los "Percy". Además aquí se rodaron las películas de Harry Potter. En un momento determinado hemos tenido que luchar contra los ingleses que gritaban mucho pero luego se quedaban en nada. Claro que ellos creo que piensan lo mismo de los escoceses que éramos nosotras.

Hemos comido en un restaurante de lujo que hay en el castillo (debido a que no paraba de llover). El restaurante estaba bien aunque la comida era nuestro escuálido picnic.

Luego nos hemos ido al río Tyne, por el que hemos navegado en un barco para nosotros solos durante dos horas. Y lo siguiente es muy, muy fuerte...

No sabemos si lo sabréis, pero durante nuestra estancia en Newcastle ha llegado la Antorcha Olímpica.

El caso es que al bajar del barco nos hemos encontrado a miles de personas gritando y con banderines. Al principio creíamos que nos recibían a nosotros, pero enseguida nos hemos dado cuenta que no, sino que un tío famoso y raro subido a un puente más alto que un rascacielos con una antorcha en la mano se ha tirado por una tirolina hasta el Puente del Milenio. Nos han dado banderas, panderetas y globos y... ¡Ale, a animar!

Como podéis ver estamos muy cansados (según Peter somos muy cansados), con que tranquilos amados padres, esta noche no nos iremos de juerga...

Lydia, Helena Ramos, Elena López y Elia